Que estas lejos, las estaciones cambiaron muchas veces, eso lo se. TIgnorarambién se que ya no tiene caso dirigirnos la palabra, y tampoco intentó hacerlo más. Sin embargo, (y sin vergüenza) todavía no me atrevo a borrar la única posibilidad de contacto que me queda, tu nombre. Cuatro simples letras que mis labios no pronuncian ya y que mis dedos no se atreven a quitar. No se qué es más estúpido, guardar algún tipo de esperanza que en algún futuro no tan lejano todo esto sea tan sólo una profecía; una visión ilegítima de mi delirio. O creer que es tan simple como eso y dejar las cosas así -sin tocar- como están. A lo mejor es sólo la lluvia que me deja un poco sola y con el hueco donde cabías inundado de incertidumbre. Y que maldición, si aquella noche, en esta misma fecha yo estaba tan segura de lo que hoy me parece un misterio. Acabe escribiendo esto, evadiendo la difícil tarea de borrarte por completo, o mejor dicho lo que me queda a simple vista de ti -lo demás sólo lo siento. Ay, pero que ternura, comenzar un supuesto año nuevo con la cabeza llena de ti y el corazón vacío. Hoy más que ayer me hace falta esa botella de vino. Si no te mueres ahogado de seguro te mató a botellazos! De una forma u otra hay que acabar con esto.

Ya me acabe no se cuántas copas! El número aquí no importa, estoy borracha. Y no tan sólo es alcohol, eres tú. O por lo menos lo que recuerdo como "tú". Me pregunto infinitamente como se te hizo tan fácil dejarme en el olvido y porque a mi se me hace eterno tu silencio. Pero si hay algo que en verdad despreció eran tus palabras, tu preocupación, tus preguntas y tus buenos deseos. Nunca entendiste que todos ellos me dejaban sintiendo que en algún pedazo de tu corazón yo todavía latía. Tuve esperanza, hasta que la mataste con la amistad! Así es, sólo era tu "amiga". Me pareció increíble como de amantes pretendías que fuéramos amigos. Déjame decirte que los besos, así sean de cien años, no se olvidan. Y los "amigos" así no se tocan.
Pero creo que una noche, sin que yo te lo gritara a los cuatro vientos -lo entendiste. Y sin otra mísera palabra de condolencia hacia mi iluso corazón, me cortaste de tu vida. Alguien tenía que hacerlo; y ser exitoso en ello. Porque ambos fallamos mil veces tratando, una y otra vez... Yo solo espero que no regreses más. Esto de por sí fue paradójico sin igual.

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