Los lobos me persiguen
me persiguen y me acorralan.
Buscaré los atajos de la mentira
para ahuyentarles.
Correré las sombras
ocultándome en su oscuridad.
Olfatearán frenéticos
el aroma del remordimiento,
hedor pesado cosido en mis costuras
olfatearan el vergonzoso miedo
de mirada abierta.
Me quitaré la ropa
correré sin alma, mil pasos sobre el cristal.
Ante la inminencia de sus afilados dientes
optaré por dormir,
tal vez así les logre acallar.
Tal vez así la sustancia de mis huesos
resulte insípida
y se contenten con lamer mi cara dormida.
-No correré, venceré el lobo y el demonio, con Dios entre y mi valentía...-
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